A un kilómetro del Peaje de Tazón, entre Paracotos y la Cortada del Guayabo, está la Hacienda La Piñita, un lugar que produce uno de los mejores cafés de especialidades de Venezuela, y donde vinimos a conocer el proceso detrás de un buen café de la mano de Caracas Quiere Café.
Luis Pereira, caficultor de tercera generación y la cara visible de esta empresa familiar, se encargó del recorrido que comenzó en los viveros donde preparan sus propios semilleros de varietales certificados. Cada variedad es sembrada por lote y no se pueden mezclar, pues tienen sabores diferentes.
La Hacienda La Piñita posee fuentes de aguas de manantial que benefician la producción. Ocho parcelas, con sembradíos en curva de nivel para evitar la erosión del terreno, de variedades como Castillo, Mundo Novo, Caturra y Colombia 27.

La Piñita es una zona de sombras naturales y todo eso lo recoge el grano, así como los aromas y sabores que le rodean. Luis Pereira nos cuenta que, para intensificar el sabor del café, sembraron como sombra para el cultivo naranja californiana, tártagos, guamos y cambures.
Los sabores que más destacan entre los cafés de la Hacienda La Piñita son los de licor. Pereira explica que eso se logra recolectando el café en su punto máximo de maduración, pasando luego a una piscina o tanque de fermentación para su lavado. Y, finalmente, secándolo en cámaras africanas con ambientes controlados de 26°C.
El secado del café se hace en cámaras donde se introduce aire caliente a 50°C, impulsado por un ventilador. Como dato interesante, Pereira nos comentó, que durante la fermentación natural del café se degradan sus azucares, lípidos, proteínas y ácidos.

El secreto mejor guardado del café de la Hacienda La Piñita son las mujeres de esta empresa familiar, quienes son la mano de obra para la selección del grano que luego es sometido a un tostado medio a 180°C en el área de torrefacción.
¡Enhorabuena por la magia que hay detrás de una buena taza de café!


 
                     
                    